¿POR QUÉ NO NOS GUSTA LEER?
Hoy 23 de abril, se celebra el Día internacional del Libro. Por tal motivo decidí escribir un artículo sobre: ¿Por qué a muchos no les gusta leer?
Ese hábito que a tan pocos nos apasiona, que nos brinda la oportunidad de crecer, que nos permite viajar en el tiempo, que nos convierte en mejores oradores, mejores conversadores, que nos invita a crear a innovar, que nos hace personas verdaderamente revolucionarias capaces de dar opiniones acertadas, con base y lógica pero que también nos enseña a callar cuando debemos, que nos hace personas asertivas, que piensan muy bien antes de hablar.
Pienso que nuestros primeros pasos en la lectura los dimos a través de la obligación, del castigo, con la idea de que Leer era una tediosa tarea, un deber que cumplir antes de que mamá o papá nos dejaran salir a jugar. Por otro lado tiene mucho que ver el hecho de que en nuestros hogares no se leyera mucho más allá de las crónicas o los titulares deportivos del diario.
Miro al pasado y no recuerdo alguna maestra que utilizara un estrategia diferente al momento de practicar la lectura, por el contrario algo que si se repitió mucho fue como nos ponían a leer como castigo cuando decidían que no saldríamos al receso.
También recuerdo la vez que visité la moribunda biblioteca del pueblo, al entrar me encontré con una señora, que con mala cara y poca amabilidad, me mandó a callar y a cerrar la puerta (esa fue mi única visita a aquel lugar). Difícilmente un niño pueda tener interés por la lectura después de vivir todas esas experiencias. Es decir, ni en la casa se creó en mi el hábito de la lectura y en la escuela me enseñaron que la lectura era un fastidio.
Por lo visto San Nicolás y el niño Jesús fueron muy poco lectores porque nunca me trajeron un libro en Navidad, sólo recuerdo que en mis cumpleaños mis regalos eran pelotas y pistolas (de juguete, claro está).
Cabe destacar que la gran mayoría de quienes hoy en día somos docentes, fuimos formados bajo ese mismo sistema educativo-cultural, razón por la cual claramente NO LEEMOS, entonces...
Quienes somos los encargados de formar para la lectura a los niños y jóvenes de nuestro país no damos el ejemplo ni manejamos estrategias que podamos aplicar.
Algunos con el pasar del tiempo escapamos de esa realidad, descubrimos lo maravilloso del mundo de la lectura, venciendo burlas y críticas de adultos y compañeros de trabajo (COLEGAS) que ven en ella una perdida de tiempo y de dinero.
Leer no es, ni será nunca, cuestión de bobos y aburridos asociales, como gran parte de nuestra sociedad todavía piensa. LEER es para los vivos, para los curiosos, para los que no se creen los cuentos del camino, leer es para los deportistas, para los músicos, para los bailarines y cantantes. "El que Lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho" Don Quijote.
Paul Auster, escritor, guionista y director de cine estadounidense escribió: "Un libro no acabará con la guerra ni podrá alimentar a cien personas, pero puede alimentar las mentes y, a veces cambiarlas".
Cuanta acertadas estas palabras, nos hacen pensar que verdaderamente los jóvenes no se alimentan con libros, sino que se envenenan con la televisión, el internet y las redes sociales, cuanto veneno clavan en sus mentes las letras del reguetonero de moda.
Mientras más pienso más razones encuentro por las que la mayoría de la sociedad rechaza la lectura.
Recuerdo un letrero grande en la pared de la biblioteca que decía: ¡En la biblioteca no se habla! Yo pensé, ¿Quién quiere estar en un lugar en el que no se pueda hablar? (Para ese momento estaría con en quinto o sexto grado de primaria), es decir, ¿Qué persona, por niño, adolescente o adulto que sea, quiere estar en un lugar donde no se puede hablar? Pero como todo niño, no pasó mucho tiempo antes de iniciar una conversación con mi compañero de al lado, la que mi maestra interrumpió, con un grito espeluznante, utilizando mi apellido, ¡Zambrano! ¿Usted no sabe leer? ¡Si quiere conversar se sale de la biblioteca! Ja... Como si de verdad tuviese esa opción.
